Se abre la veda de las analogías. Los cuatro elementos, los jinetes del Apocalipsis, el Equipo A.
Todo vale, y todo yerra al mismo tiempo, aunque nos encanta que los planes salgan bien; trabajamos para ello.
Creemos en el reparto equitativo de tareas, y de Camelot nos gusta solamente lo de la mesa redonda.
Las espadas están mejor en las piedras, o directamente en sus vainas. Lo de furia es básicamente furor,
y lo de creativa, un calificativo que nos encanta. Creemos en la cultura como necesidad primaria y nos movemos
con una premisa tan poética como pragmática: hacer las cosas bien empieza por aplicar el rigor, y acaba por hacerlas con amor.